Cada vez más personas quieren invertir en deuda pública. Esta alternativa de inversión se origina cuando el Estado solicita dinero prestado con la finalidad de pagar una parte de sus gastos a la que no puede hacer frente únicamente con sus ingresos.
El Estado puede captar dinero de distintas formas, ya sea por préstamos, títulos, u otras alternativas. En el caso de los títulos: Letras, Bonos y Obligaciones, cada uno de ellos representa un compromiso de pagar a su poseedor una determinada cantidad de dinero en una fecha futura que se define en el momento mismo de finiquitar la transacción.
Los Bonos y las Obligaciones del Estado son valores emitidos por el Tesoro a largo plazo. Las letras del tesoro se emiten a un plazo no superior a un año. Todos estos productos financieros se ofertan en el mercado primario.
Los Bonos y Obligaciones del Estado son muy similares en casi todas sus características, excepto en el plazo. Actualmente el Tesoro Público emite bonos a tres y cinco años, mientras que las Obligaciones tienen plazos de diez, quince, treinta y cincuenta años.
Los inversionistas no tienen que esperar necesariamente hasta la fecha de vencimiento para cobrar el principal. Esa es una de las ventajas de este tipo de inversión.
Es posible revender estos títulos en el mercado secundario, donde se compran y venden títulos emitidos previamente en el mercado primario.
Características de los bonos y obligaciones del Estado
Características comunes:
Son títulos con pago de intereses periódico, lo que se denomina cupón.
A diferencia de las letras que tienen una rentabilidad implícita, pues la ganancia es la diferencia entre el precio que pagamos y el que recibiremos en la fecha de vencimiento, los bonos y obligaciones tienen una rentabilidad explícita, que es el pago periódico de intereses.
Su valor nominal unitario es de 1000 euros, aunque el precio de compra en el mercado primario puede ser superior o inferior.
Los intereses se cobran de manera anual, son una cantidad fija. Su importe y fecha de pago es conocida por el inversor desde el primer día que adquiere el producto financiero. Esta es una de las principales ventajas en esta forma de invertir en deuda pública.
Se emiten mediante una subasta competitiva, donde los inversores ofrecen una cantidad inferior o mayor al valor nominal.
El valor de amortización es a la par, es decir, por su valor nominal de 1000 euros, cantidad fija que recibiremos si mantenemos el título hasta su fecha de vencimiento.
Ejemplo de las ganancias a obtener al invertir en deuda pública
Supongamos que el día 10 de julio del año 2021 adquirimos una obligación que vence en 10 años, con un interés nominal anual (cupón) del 3%, que será pagado los días 10 de julio de cada año y que mantenemos la obligación en nuestro poder hasta la fecha de vencimiento (año 2031).
En el momento de compra pagaremos el precio del título, el cual puede ser igual, mayor o menor al valor nominal. Que en el caso de nuestro ejemplo es de 1000 euros.
En las fechas de pago de intereses cobraremos el cupón correspondiente (3% x 1.000 euros = 30 euros), y en la fecha de vencimiento cobraremos además del cupón correspondiente el valor nominal del título, con lo que recibiremos 1030 euros.
Comprar deuda pública
El Tesoro Público español vende títulos de Deuda Pública: Letras, Bonos y Obligaciones.
En todos estos productos financieros, los inversionistas prestan dinero al Estado y éste incurre en el compromiso de devolver la cantidad invertida más el interés establecido en un plazo definido en el momento de realizar la transacción.
Para invertir en Deuda Púbica, se tienen diversos canales. La alternativa más común es acudir a cualquier sucursal bancaria o a una sociedad o agencia de valores.
También es posible acercarse a cualquier oficina del Banco de España y abrir una Cuenta Directa, que será utilizada exclusivamente para realizar operaciones de compraventa de Deuda del Estado. No constituye la apertura de una cuenta de efectivo en el Banco de España.
Asimismo, es posible hacerlo por Internet a través de la página web del Tesoro, utilizando un Documento Nacional de Identidad (DNI) electrónico o un certificado digital.
La cantidad mínima que se puede invertir en los valores del Tesoro Público es de 1000 euros. En caso de invertir una cantidad mayor, siempre han de ser múltiplos de 1000 euros. El pago puede realizarse con dinero en efectivo, o a través de un cheque bancario.
Debemos precisar que el valor nominal mínimo a invertir es de 1000 euros, pero el dinero a desembolsar ante el Banco de España es el depósito previo que se fije antes de la subasta. Con lo cual la cantidad real puede variar hacia arriba o hacia abajo, dependiendo del resultado de la subasta.
Críticas a la inversión en deuda pública
Algunos especialistas argumentan que invertir en deuda pública no es una buena inversión, ya que la rentabilidad anual actualizada de un bono del Estado español a 5 años es de -0,15%. A ese nivel el que invierta a la fecha de vencimiento perderá un 0,15% anual, es decir un 0,75% de su dinero en 5 años.
Si asumimos que la inflación se sitúa en una media de 1,5%, la pérdida total real para el inversor en 5 años alcanzaría el 8%.
Estos analistas argumentan que si bien la probabilidad de impago del Tesoro es del 0% y que el rendimiento real que debería exigir el inversionista por no disponer de su dinero durante 5 años sea también del 0%, en realidad el inversor en bonos perdería un 8% del valor de su inversión.
Si bien ese análisis puede tomarse en cuenta, debemos tener presente que muchos inversores institucionales compran bonos y obligaciones del Estado porque son productos muy seguros, además que el análisis de sumarle a la inflación puede conllevar a un error.
Mejor dicho, en lugar de sumar 1,5% de la inflación anual más el 0,15% del rendimiento negativo del bono, lo que debe hacerse es la operación opuesta, es decir, restar 0,15 de 1,5 con lo cual en lugar de tener un rendimiento de -1,65% por nuestra inversión, lo que obtenemos es -1,35%, con lo que en el lapso de 5 años obtendríamos -6,75% que es inferior al -8% de pérdida que argumentan dichos analistas.
Evidentemente, este tipo de productos financieros está orientado a inversores conservadores que prefieren una menor rentabilidad a cambio de una mayor seguridad para recuperar el dinero invertido.